viernes. 19.04.2024

Muy pocos reductos taurinos quedan en Galicia que hagan pervivir su tradición. Tras el reciente anuncio de la suspensión de la feria de María Pita de A Coruña, al aficionado gallego solo le queda Pontevedra, actual y única guardiana del toreo en esta comunidad autónoma. Pero la feria pontevedresa de La Peregrina, que arranca precisamente mañana, lejos de ser una feria de nivel modesto, es una de las más importantes del norte de España, tanto por la cantidad de aficionados que lleva a la plaza, como por la nómina de figuras del toreo de a pie y a caballo que suelen anunciarse.

 

La edición de este año, que vuelve a celebrarse en dos fines de semana consecutivos, reunirá nombres destacados del escalafón como el de Enrique Ponce, El Juli, Miguel Ángel Perera, Sebastián Castella, Daniel Luque, Juan José Padilla, Miguel Abellán, El Fandi o Iván Fandiño. Y, reunir a tan importante elenco de primeros espadas se debe, sobre todo, al compromiso y dedicación del empresario Eduardo Lozano con esta ciudad, una urbe que espera que sea "ejemplo y disparadero para que Galicia vuelva a reencontrarse con su historia y sus tradiciones", como reconoció el propio Lozano en una entrevista a Efe.

 

Aunque la actualidad del toreo gallego se ciñe desde este año a esta feria, la historia cuenta que en la tierra del marisco y el albariño hubo hasta diez cosos taurinos en activo, una cifra que en nuestros días se ha reducido a dos: el Coliseo de A Coruña y el propio de San Roque en Pontevedra. Por su parte, Santiago de Compostela, Vigo, Ferrol, Monforte de Lemos, Noia, Vilagarcía, Viveiro y Xinzo de Limia tuvieron en el pasado un recinto taurino en el que se daban corridas y novilladas. Sin embargo, la paulatina pérdida de interés de sus habitantes por la Fiesta ha ocasionado su cierre y, en algunos casos, su demolición.

 

Dadas sus notables similitudes, el caso gallego podría extrapolarse al que hace no más de diez años empezó a ocurrir en Cataluña, donde, además de las tres plazas de obra que había en Barcelona (El Torín, Las Arenas y La Monumental), también había en Tarragona, Gerona, San Feliú de Guixols, Olot, Lloret de Mar, Tortosa o Figueras. Sin embargo, la gran diferencia entre ambas comunidades fue que mientras en Galicia la causa principal de su absentismo taurino se debe a una pérdida de afición, en Cataluña, en cambio, fueron los grupos antitaurinos y los propios gobiernos regionales los que dieron el puntillazo a "la Fiesta".

 

Otro contrapunto entre ambos casos es que Galicia no ha sido tierra de toreros ni de ganaderías de reses bravas. Aún así, la historia recuerda que hubo tres diestros: Alfonso Cela "Celita", (finales siglo XIX), el picador Dositeo Rodríguez "Gallego", (principios del XX), e Hilario Taboada, (mediados del XX), además de los actuales Iván Fandiño y Luis Gerpe, que pese a ser vizcaíno y toledano, respectivamente, poseen un estrecho lazo con Galicia al ser sus padres oriundos de esta tierra. La realidad es que Galicia es en la actualidad la comunidad autónoma donde menos festejos se dan al año en España -sin contar Cataluña y Canarias-, aunque en este caso, y gracias a Pontevedra, prima la calidad por encima de la cantidad, lo que, rememorando las palabras de Eduardo Lozano, debería "servir" para fomentar la afición por lo taurino. 

 

Pontevedra, la guardiana del toreo en Galicia