sábado. 20.04.2024

Desde la primavera de 2011, la parroquia ourensana de Ventoselo (San Amaro) se convirtió en un lugar de retiro y meditación después de que allí se estableciera el centro budista Chu Sup Tsang. Pero estos días la actividad en esta casa-monasterio es mayor si cabe ante la inminente consagración del edificio. Con tal motivo y desde hace días se ha comenzado a elaborar el primer mandala construido en Galicia, un complejo y simbólico dibujo creado con arena.

 

Procedente del sánscrito, la palabra mandala significa círculo y representa un aspecto airado que pretende eliminar los obstáculos que afectan al ser humano, explica a EFE el Lama Gueshe Tenzing Tamding, presidente también de la fundación Chu Sup Tsang. En las instalaciones de Ventoselo trabajan alrededor de cuatro personas para elaborar este impresionante mandala. Sobre una estructura de madera con más de dos metros de diámetro se va depositando minuciosa y lentamente la arena coloreada para crear esta obra de arte. En esta tarea se emplea una herramienta llamada kyabu, compuesta de dos elementos que se frotan entre sí.

 

Acompañados de meditación y mantras, los operarios emplean horas para culminar este meticuloso trabajo. Cada detalle del diseño tiene un significado y un fin. La zona orientada al este "será de color blanco para simbolizar la pureza", señala el maestro. Mientras, la parte sur "tendrá color amarillo como símbolo de bendición"; el color rojo del oeste "eliminará obstáculos" y el área norte verde colaborará en "recuperar la energía de los planetas". La arena llega directamente desde la India, teñida ya con colorantes naturales y sin ningún añadido químico.

 

Tanto la materia prima como la madera de la base o las herramientas empleadas deben estar benditas previamente. Frecuentemente, los mandalas son destruidos una vez terminada su construcción para significar así lo efímero de las cosas. Pero en este caso tratarán de conservarlo "aplicándole un spray que ayude a mantener la arena".

 

De esta misma manera se hizo en el mandala de Sevilla, uno de los pocos creados en España junto al de Ventoselo o al hecho en Barcelona. Pero esta es solo una de las actividades que se están realizando en la fundación. Hoy mismo, entre las 20:30 y las 22:00 horas Gueshe Tenzing Tamding dará una conferencia abierta en el retiro sobre "cómo vivir nuestras vidas con mayor felicidad". Gueshe Tenzing Tamding nació en el Tíbet en la provincia de Kham "allá por 1965".

 

Con tres o cuatro años él ya sentía interés por el budismo, pero hasta los doce no obtuvo la autorización de su madre para exiliarse a la India y formarse, debido a la situación que se vivía en el Tíbet. Completada parte de su formación, desde 1993 estuvo cinco años recorriendo Asia (Singapur, Japón, Corea) y pasó otros ocho años en Estados Unidos.

 

Fue en 2002 cuando llegó a España. En todo ese tiempo ha difundido las enseñanzas budistas, un mensaje que se fundamenta en el amor y la gran compasión. Mañana será S. E. Nyare Tritul Rimpoché quien hable para todo el que desee acercarse hasta Ventoselo. Ya el domingo, 3 de agosto, desde las 12:00 se oficiará la ceremonia de inauguración oficial del centro, a la que acudirán además el Gueshe Lobsang Yeshi, junto con tres monjes del Monasterio de Ganden en India. También estarán autoridades locales y alumnado budista venido de diferentes continentes.

 

En esta jornada tendrán lugar las "pujas", un ritual de bendición con el que se procura alcanzar "un mundo más en paz, menos guerras o desastres naturales y recuperar la energía de los planetas, además de desarrollar los valores de los humanos". El ritual de consagración del lugar no será hasta el martes día 5, donde se reforzará aún más la identidad de este entorno como espacio para "el desarrollo de la mente positiva, el amor y la buena energía".

 

Al margen de todas estas actividades, como cada año, entre el 2 y el 8 de agosto será el momento del curso de verano incluido en el programa de estudios de la fundación. La armonía, la colaboración y el afecto sigue siendo el pilar fundamental de este centro enmarcado en un entorno inmejorable como es el rural ourensano, un punto que desprende "buena energía".

 

Galicia estrena su primer mandala de arena en el retiro budista de Ventoselo